Hoy, otro circo ha sido el causante de un pequeño tropiezo, pero gracias a las palabras de Domador y del Lanzafuego, he podido volver a sonreír. Apesar de que cada uno lo dijo en su propio idioma, con sus formas tan singulares de hablar, la rudeza del látigo de Domador me hace entender y la delicadeza del fuego me hace sentir seguridad.
La verdad estoy muy feliz ahora... La función ha terminado, y Director dice que ya está llegando la hora de ir a nuestros camerinos y descansar...
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Hoy se acercó Domador, y me enseñó un poco de paja sucia, un poco de lodo y algo que parecía ser basura... me dijo que cuando la veía se acordaba de mi... no sé que haya tratado de decir, o si algo en éso estaba bien... pero mi corazón y alma se destrozaron...
Preferí irme a un rincón, a sentarme, bajo el cielo oscuro y sentir el aire frío... Sentada, abrazando mis rodillas y con una lágrima cayendo por mi mejilla izquierda volteé y ví hacia el camerino del Lanza Fuego, quise ir hacia allá y buscar un consuelo tal vez, pero me dí cuenta de que era muy tonto... para qué quería seguir engañándome y posiblemente lastimarme con ese fuego tan hermoso pero falso... después vi a lo lejos una carpa pequeña que parecía ser el camerino del mago... sólo suspiré porque sabía que no iría ahí.
Así que no me quedó más que levantar la cabeza, y decirle al Director... No me quejaré... no quiero molestarlo ésta noche, solo... solo no me reclame si me ve llorando, simplemente déjeme disfrutar mi dolor...
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La dulce locura mi solo refugio...
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